TU CUERPO
TU CUERPO
Tu cuerpo tiene una forma y estructura adecuada para la función que tiene que cumplir en esta vida. Para cumplir tu misión. Tu cuerpo te llevará a tu felicidad, así que deja de quejarte y castigarlo, en vez de eso, ayúdate e impúlsate a volver a su naturalidad. Cuanto más fiel seas a tu verdad, más natural estará tu cuerpo. No le hagas caso a los prototipos… sé fiel a ti y tu cuerpo se recolocará.
Volverá a su forma original, que perdió por inseguridades, dudas, limitaciones, patrones… solo tienes que volver a ser tú. A reconectarte con tu alma, contigo, y tu cuerpo será como ha de ser.
Perfecto para cumplir la misión que ha venido a hacer aquí. Distinto al resto, con sus cualidades que lo hacen especial, y que nos ayudarán y nos servirán para desarrollar nuestra misión. Entonces, ¿por qué ponemos el foco fuera, y queremos un cuerpo perfecto (según prototipos de la sociedad) si solo tenemos que dejar que el alma se libere para liberar el cuerpo? Entonces, hay que enfocarse en el alma. Claro está que, si ayudamos desde el cuerpo, el alma se libera.
Es un global.
Si recolocamos el cuerpo a la forma original, estamos liberando tensiones bloqueadas y traumas incrustados en nuestro cuerpo. Liberando el cuerpo liberamos el patrón que hacía que tuviese ese problema. Por lo que hay dos vías. Necesarias ambas.
Liberamos el patrón, la jaula que mantiene nuestra alma enjaulada. Puede ser liberación consciente (traerla a la luz, saber qué pasaba) o inconsciente (el amor libera por sí solo, sin ni siquiera saber el patrón que bloqueaba nuestra alma, si se libera, no importa saberlo). Y la otra vía es liberar las tensiones externas en el cuerpo liberando así el patrón interno que las mantenía así.
Os enseñaré ejercicios para ambas. Liberar el cuerpo a través de la liberación del alma. Liberar el alma a través de la liberación del cuerpo. Tener en cuenta que el trabajo corporal no es de ‘machacar’, castigar o sufrimiento. Al revés, hemos de sentir el placer, seguir nuestro ritmo, que es distinto al del resto, y nuestra respiración.
Volver al estado natural del cuerpo, a la libertad de movimiento, que conlleva una libertad de expresión. Que nuestro cuerpo no nos limite nuestro camino. En el momento en el que nuestro cuerpo nos para es porque no estamos siguiendo nuestro camino. Es un límite que nos ayuda a escucharnos. Siempre es buen momento de dedicarnos tiempo y espacio para reconducirnos en nuestro camino, siempre. Llenémonos de vida, externamente e internamente.
Somos seres vivos.
Necesitamos vida.
Cuando no es así, creamos zonas oscuras en nuestro interior que limitan el libre flujo de energía en nuestro cuerpo y, así, no vivimos con claridad, no seguimos nuestra intuición, nos sentimos cansados, sin energía, y sin ganas de vivir.
Perdemos el espíritu guerrero de ir a por nuestros sueños ¿Vas a permitirlo? ¿Qué estás haciendo con tu vida? ¿De verdad quieres pasarte toda tu vida así? El cambio es constante, así como la naturaleza es cambiante, así somos nosotros. Aceptémoslo y caminemos, abiertos al cambio, si no es así, tu cuerpo te lo dirá.
Ayudemos a nuestro cuerpo a volver a su estado natural sin forzar. Siendo fieles a nosotros y aceptándonos como perfectos. No vemos la suerte de tener el cuerpo que tenemos, que nos conducirá a nuestro éxito personal a nuestra felicidad, a las riquezas más allá de lo material, al disfrute, a los placeres, a LA VIDA.
Tu cuerpo en sí es perfecto, pero distorsionado si no andamos por nuestro sendero de felicidad, si perdemos nuestra paz, armonía, alegría y felicidad. Dejémoslo expresarse, dejémonos expresarnos a través de él, liberémoslo de sus cadenas. Ama cada célula de tu cuerpo AHORA para que sane y se reequilibre.
Volvamos a la naturalidad en todos los sentidos. A ese estado en el que solo hemos de RESPIRAR. Y ESTAR. Fluyendo. Confiando en nosotros, y en que estoy donde tengo que estar, siguiendo mi felicidad.
Fragmento sacado del libro The Feeling Method, de María Castaño.
Te dejo los links para conseguir el tuyo:
Muchas Gracias, amores.
Un abrazo
María Castaño
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