Relaciones – Conflicto
Relaciones –conflicto
El orgullo nos distancia del amor.
El pensar solo en lo que nos han hecho, defendernos sin entender que lo que hacemos que duele, lo hacemos desde la inconsciencia.
Perdonarnos por haber permitido ese comportamiento hacia nosotros y perdonar a la otra persona (haciendo lo primero ya estamos haciendo lo segundo). Empatía y compasión. Hacia nosotros, hacia los demás.
Mirar más allá de nuestro ombligo y ponerse en la piel del otro, con lo que nos ha hecho, con lo que le hacemos.
Bajar el arma, dejar la lucha, abandonarse por fin, destensarse, para volver a unirnos con el todo que somos.
No hemos de mantener una conversación cara a cara ni de ningún otro modo para que disipemos esa tensión que nos separa. Con que dentro de nosotros encontremos la paz, es suficiente. No hemos de forzar esa relación, quedar a diario, o tener lazos densos, pues volvemos a pedir a la otra persona que haga y a reprochar si no hace, o por el contrario a sentirnos mal si no hacemos.
El verdadero amor no tiene lazos densos, simplemente está, y puede permanecer años sin tener contacto físico en la relación (en persona, llamada, escrito…) Que van a entender que siguen ahí, sin forzar, sabiendo que cuando de manera espontánea se vuelvan a cruzar sus caminos, la relación será limpia y libre porque reinará el amor.
No podemos estar siempre con todos. Fluyamos en la naturalidad de la vida sin forzar algo que no sentimos. Quedémonos en el ahora, en lo que siento en este momento, para permanecer anclado a la vida, a la verdad, al amor.
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Un abrazo enorrrrme,
María Castaño
Justicia Divina
